sábado, 20 de junio de 2009

ANÓNIMOS ILUSTRADOS XXVII: YO SOY MI MADRE

Y es que los anónimos no descansan ni con el calor que hace. Ni con el calor ni con el frío, porque el Ilustrado de hoy lleva seis años siéndolo, con sus primaveras, sus veras, sus inviernos y sus otoños.

La cosa comenzó cuando una mujer de 73 años de Estados Unidos murió, hace seis años: Irene Prusik. Su hijo, Thomas Parkin (sin g), se dio cuenta entonces de una cosa: "Yo he tenido a mi madre en mis brazos antes de morir, y respiré su último aliento, por lo tanto, soy mi madre". Y de otra: no es justo que a una persona por el hecho de morir le quiten la pensaión, y sus ventajas fiscales. O sea, te mueres, y encima te quitan cosas. Lo nunca visto. Así que el bueno Thomas decidió tomar cartas en el asunto, y lo primero que hizo fue falsificar (yo más bien diría "retocar") el certificado de defunción de la pobre mujer. Esto tine un mérito especial, puesto que no debe resultar sencillo demostrar que una persona está viva a partir de un certificado de defunción, por muy falsificado (retocado) que esté.

Thomas, perdón, Irene y su sobrino.


A partir de ahí se compró una peluca, unas gafas de sol y un bastón, y se lo curró para que un amigo suyo hiciera de sobrino ficitio. Y ojo, uno bueno: de estos sobrinos apañaos que te acompañan a cualquier lado, y siempre con una sonrisa.

De esta manera el buen hijo consiguió que su madre siguiera cobrando la pensión; y como a ella le hubiera gustado, se la quedaba él. Pero no sólo la pensión era lo que le habían quitado a su madre: también las ayudas al alquiler de vivienda. Sumándolo todo: unos 117.000 dólares, que vienen a ser unos 1625 dólares mensuales.

Unos problemillas con el dueño de la vivienda, que no acababa de reconocer que la madre de Parkin siguiera viva, fueron los que hicieron que se descubriera todo el pastel. O eso dicen en El País, porque en otros sitios he escuchado que fue el tamaño de las manos de Parkin lo que le delató: "Tenía unas manos grandes, como las de un jugador de baseball". Yo por supuesto me quedo con la segunda versión, aunque probablemente las dos sean ciertas.

Parkin y su sobrino, o mejor dicho, Parkin y el sobrino de su madre... bueno, los dos, vamos, que han sido detenidos, y les han puesto un millón de dólares como fianza a cada uno. ¡A una pobre anciana que cobra una pensión! Y además les puede caer una pena de ahsta 25 años. Pero en fin, como ha dicho un policía sobre el caso: "No penséis que el tipo está loco. Es listo. Muy listo", así que esperemos que sepa resolver la situación, y salir airoso del tema, como debe ser. Ni que decir tiene que ambos se han declarado inocentes. En Siete Piezas, por supuesto, les damos nuestro apoyo.

CUIDENSE.

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